lunes, 9 de mayo de 2011

Un baile memorable

El quinto partido entre Peñarol y Regatas no fue el juego prometido. Hubo un solo equipo en cancha que borró al otro. El campeón de liga tuvo 40 minutos perfectos para superar a los correntinos 99-59. Hubo acciones vistosas, lujo, defensa, porcentajes. Peñarol jugó perfecto y Regatas fue una sombra. Entre tantos para destacar, Tato Rodríguez fue quien sobresalió.
Peñarol dio un paso de campeón. En este nivel se pone una chapa que no puede disimular ni ocultar. Era un quinto juego, decisivo, contra un rival de jerarquía y lo resolvió como un juego de niños. Podremos decir una y mil veces que no existe semejante diferencia entre Peñarol y Regatas (y es verdad) pero también hay que demostrarlo.

Se buscaran mil razones para saber porque Regatas no vino a Mar del Plata. Haber llegado a las 11 de la noche del día anterior, el desgaste de fin de temporada. Todas son razones entendibles, lo cierto es que en ninguno de los tres partidos que jugó en el polideportivo Islas Malvinas siquiera pudo discutir la victoria y lo de anoche sencillamente fue un baile. Un resultado histórico. Fabio Demti, técnico visitante, con el partido decidido debió pedir minuto para recordarles que con algo de orgullo, Regatas podría al menos terminar lejos del papelón. No pudo. Ni él ni sus jugadores le encontraron la vuelta a la manifiesta superioridad milrayitas.

Y en verdad es difícil escribir una crónica del partido de anoche. Al menos no en el orden cronológico. Porque si uno debe empezar por el principio podríamos decir que el origen de este juego estuvo en Corrientes. Como me confesó el dirigente Armando Robles “los muchachos estaban con sangre en la boca”. Llegaron heridos, rabiosos.

Y para Peñarol estas situaciones son alimento. Se nutre de las dificultades, de la posibilidad de sortearlo, de las ganas de ganar. Tuvo un nivel de concentración y ejecución digno de un equipo que solo piensa en comerse al rival.

Comenzó perdiendo (2-4) y eso sería toda la distancia que sacaría a favor Regatas. Después Peñarol se convirtió en una trituradora. Leiva desde el poste bajo le dio tres pelotas a Lauría que transformó en triple. La rotación defensiva de la visita se quedaba cara a cara con Tato Rodríguez, con Lamonte y con Leo Gutiérrez. Todo no se puede marcar. Ante la doble marca a Leiva, fue Lauría el que castigó.

Del otro lado de la cancha, la lentitud para hacer todo de Regatas fue su cruz. Peñarol arregló con cambios entre las posiciones del 3 – 4 y 5 y cubrió todos los espacios. De tal modo Kammerichs, Stanton y Villares no tuvieron otra posibilidad que lanzar de 5 o 6 metros para llegar al gol. Lógicamente son tiros de bajo porcentajes.

Kyle Lamonte cortó la defensa rival en dos. Con rapidez atacaba el aro y consiguió con 4/4 en dobles crear una peatonal en el medio de la defensa correntina. La distancia se abrió a 26-10 al cierre del primer cuarto. Ya había presagio de tormentas para la visita.

Y se hizo realidad con el correr de los minutos. Facu Campazzo y Ale Diez no desentonaron en la rotación y Peñarol siguió estableciendo una defensa excepcional. Fabio Demti que no hizo cambios en el primer cuarto y luego mandó a Legaria a jugar una doble base con Martínez para ganar algo de juego, pero solamente Nico Romano desde el banco aportó alguna solución. Y lo hizo más por individualidad que por beneficio de equipo. Regatas estuvo incomodo todo el partido.

Cuando restaban 2:30 para que termine el primer tiempo y Peñarol se imponía por 17 (37-20) llegaron los dos primeros puntos en el partido de Leo Gutiérrez y fueron desde la línea de libres. Cómo estaría el juego para que Peñarol no usara en ninguna mano su as.

La distancia del primer tiempo (47-24) ya decretaba el ganador. Aunque 23 puntos son muchos, tampoco era determinante, pero ganarle la pulseada a Peñarol después de tanta diferencia en cancha no era imposible sino utópico.

El técnico Sergio Hernández eligió que el trabajo del tercer cuarto lo hagan los titulares. Fueron los cinco iniciales los que salieron a completar la faena. Hubo un unipersonal de Tato Rodríguez brillante, para alcanzar los 7000 puntos en Peñarol justo el día que cumplió 600 partidos jugando para esa camiseta.

Lamonte, Leiva y Lauría encontraron huecos en la defensa rival con mucha facilidad, producto de una dinámica de pases imposible defender para Regatas, que pensaba más en terminar el juego que en enarbolar la reacción para descontar. El estadio que lució con un marco ideal de público era una fiesta. Tanto lujo hubo en algunas jugadas que la entrada quedó paga en el primer tiempo.

La diferencia siguió agigantándose porque Peñarol ganó todos los parciales. Un corte con sangren de Leiva fue el primer cambio obligado por Reinick en el segundo tiempo (recién en el último cuarto). Luego Leo Gutiérrez pidió el cambio. Así, de apoco el “Oveja” fue rotando para el cierre el equipo. Fabio Demti no tuvo respuestas en titulares ni en suplentes y aunque pelearon el partido, el grado de ejecución fue malo. Permeables y erráticos.

A Regatas no le salió una y a Peñarol todas. Bueno eso también tiene que ver con el grado de concentración y energía que pudo dar uno y otro. La diferencia de juego será más histórica que los ya pesados 40 puntos de distancia con que se cerró el juego (99-59).

Para Regatas queda el sabor amargo de terminar así la temporada. No llegó a los cuartos de final a ver que pasaba sino a ganarlos. Tenía con qué y por momentos lo demostró. Chocó con un camión de frente y se va cabizbajo buscando explicaciones.

Para Peñarol queda la fiesta en las retinas, pero si se pone a husmear en el pasado es posible que haya sido el mejor juego de Play Off en la larga historia de Peñarol en la liga. Hubo otras actuaciones históricas, pero el lujo y la contundencia mostrados ante un rival de tamaña jerarquía (y en partido decisivo) es muy difícil de repetir. Salud al campeón, que esta de pie y avisó que quiere repetir.

Síntesis
Peñarol (99): Sebastián Rodríguez 24, Kyle Lamonte 15, Nicolás Lauría 17, Leonardo Gutiérrez 9 y Martín Leiva 16 (FI) Alejandro Diez 5, Mariano Fierro 2, Facundo Campazzo 5, Selem Safar 5 y Alejandro Reinick 1. DT: Sergio Hernández

Regatas (59): Javier Martínez 4, Eduardo Villares 11, Ramzee Stanton 9, Louis Roe 2 y Federico Kammerichs 11 (FI), Nicolás Romano 14, Raymundo Legaria 4, Tyler Field 4. DT: Fabio Demti

Parciales: 26-10, 47-24 y 70-39
Árbitros: Pablo Estévez y Fernando Sampietro
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)

Crónica: Pablo Tosal
En Twitter @pablotosal
www.pickandroll.com.ar

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