martes, 31 de mayo de 2011

Vamos, vamos lo pibes!

Atenas presentó el partido con la arenga inicial de rendirle tributo al grupo de jugadores jóvenes que lo llevaron a la final. Y los pibe jugaron como hombres bancando un partido muy difícil sobre Peñarol para imponerse 73-69 y poner la serie 1-2. Bruno Lábaque fue el abanderado de una reacción anímica notable.
Llegó a perder por once cuando empezaba el tercer cuarto y parecía que nada había cambiado, pero no se dio por vencido y con coraje fue a buscar el partido con lo que tenía. Sigue sin jugar bien pero ¿eso importa?. Importa que Atenas encontró los documentos, se encontró a si mismo, se acordó de quien era. Importa que Atenas se sacó las angustias de encima y se animó a Ser en el medio de la final.

En el talón de cada entrada al estadio Orfeo, se leía la arenga “3ra final Atenas vs Peñarol, vamos los pibes”. Esto ya era una declaración de principios. Porque Atenas entendió que estas no es una final normal o común de las muchas que jugó y había que tomarla como tal. Aquí algunas descripciones del partido, como una crónica.

El primer tiempo fue parejo y de larga lucha. Inició con un duelo de defensas fantásticas. Mucha actitud, concentración y un largo scouting sobre cada gesto ofensivo en los dos lados. Habían corrido tres minutos y apenas iban 2-2. Ese comienzo mostró lo que sería el primer segmento.

Mientras Atenas tuvo como idea original poner la pelota en la pintura visitante, usando los pick para ir bien profundo y lastimar cerca del canasto rival, donde Lewis y Williams no estuvieron finos (3/10 en dobles entre ambos), Peñarol probó con su tiro de tres puntos para marcar territorio y no le fue bien (2/7 en triples). En Líneas generales el partido era muy parejo.

En el segundo cuarto hubo un juego de vaivén, comenzó mejor Atenas (27-23) siendo tal vez el mejor pasaje del juego para los cordobeses que lograron poner el desarrollo del lado que querían por primera vez en la serie. Lo dio vuelta Peñarol con mucha defensa y la presencia decisiva de Leo Gutiérrez. La visita logró cambiar el ritmo de su rival con una marca muy cerrada en el pick a la bola que jugaba Lábaque, cerrando bien los caminos al aro y aprovechando que Atenas estaba sumamente desconfiado en su tiro de tres puntos. La defensa de Peñarol le perdió respeto y se cerró mucho.

En ataque Peñarol logró poner el juego en las manos del As de espadas que siempre tiene un plus en estas instancias. Leo Gutiérrez primero se bancó en defensa todo lo que pasaba cerca del aro y cuando tuvo el balón jugó con personalidad pero sin locuras. Fue para adentro a sacar faltas, si abusar del tiro de tres (0-2) y aprovechó otra vez que Lábaque se ganó un técnico por protestar para sacar una pequeña ventaja desde la línea de libres.

En el tercer cuarto llegó el quiebre del partido. Peñarol lo traía bastante bien al menos en los puntos (35-43 al término del primer tiempo) y un triple de Tato Rodríguez al inicio del complemente le brindó la máxima diferencia (35-46). Era el momento de quiebre para Peñarol, pero lejos de eso Atenas logró emparejar el juego con una tremenda defensa y con todas las mañas de un equipo que no pareció sentir el peso de la inexperiencia.

Peñarol cayó en el único lugar que no debía: el juego de fricción, de roces, de discusiones y Atenas logró su cometido, sacarlo del juego. Los árbitros permitieron que los dos equipos se lucieran discutiendo, golpeando y llevando al partido a lugares no deseados. Solo en el último cuarto el árbitro Rodrigo reunió a los dos capitanes para avisarle que no iban a tolerar más protestas. Tarde Rodrigo, ya era juego desvirtuado.

El abanderado de la reacción ateniense fue Bruno Lábaque, que fue un claro ganador en el juego de hablar el partido, pero no sólo se quedó en eso, fue valiente para tomar decisiones con el aro, inteligente para ser frío y saber cuando asistir a sus internos en momentos claves y finalmente aceptó jugar de escolta casi todo el segundo tiempo, porque la apuesta táctica de Atenas para dar vuelta el juego fue Gerbaudo de base, Bruno de dos y Lescano de tres. Con los dos extranjero o con Mariano García. Fin de la receta.

Lábaque se deglutió el juego. Era lo que correspondía, sacó la cara por su equipo y le fue bien, algo que no lograron Leo Gutiérrez y Kyle Lamonte, héroes de mil batalla en Peñarol que tuvieron un primer tiempo extraordinario pero bajaron sus producciones en la segunda mitad. Sobre Todo Lamonte.

El único extranjero de Peñarol hizo 14 puntos en el primer tiempo y solo 4 en el segundo además de sumar 4 pérdidas en el complemento y errar los últimos dos tiros al canasto decisivos. Si Lamonte está así difícil es que su equipo pueda ganar, menos una final. No fue su juego y nada más.

Pero tampoco lo fue de Tato Rodríguez aunque hizo mucho puntos, ni de Campazzo, ni de Mata, ni de Safar, de ni de Lauría, ni de Leiva. Vale decir, ante el descontrol de Peñarol en irse del patrón de juego no hubo tampoco respuestas individuales.

Por el contrario en Atenas para el tramo decisivo las producciones de hombres claves crecieron notablemente, como la de Lewis en el último cuarto, Williams, Lescano y el mismo Lábaque. Tampoco al griego le sobró mucho. Ganaba por dos puntos (71-69) a falta de 27 segundos. Todo fue por poco, por una diferencia exigua, pero que le da a Atenas la chance de reivindicarse y sacarse la mufa de la serie, el mal humor de ser goleado dos veces.

Ahora que evitó la barrida, que se sacó el karma de encima ¿Tendrá más para mostrar?. Sin jugar bien, lo ganó igual, la voluntad de los pibes lo pueden todo y las expectativas del pueblo cordobés descansan en ellos.

Síntesis
Atenas (73): Bruno Lábaque 15, Juan Manuel Rivero 0, Matías Lescano 9, Greg Lewis 12 y James Williams 14 (FI) Pablo Orlietti 0, Diego Gerbaudo 7, Miguel Gerlero 10, Felipe País 0, Mariano García 6, Bruno Barovero 0. DT Sebastián González.

Peñarol (69): Sebastián Rodríguez 13, Kyle Lamonte 18, Nicolás Lauría 0, Leo Gutiérrez 19 y Martín Leiva 2 (FI) Ale Diez 5, Marcos Mata 2, Facundo Campazzo 3, Selem Safar 7 y Alejandro Reinick 0. DT Sergio Hernández

Parciales: 12-14, 23-29 y 55-56.
Árbitros: Rodrigo – Rougier y Smith.
Estadio Superdomo Orfeo.

Pablo Tosal
En twitter @pablotosal
www.pickandroll.com.ar

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